martes. 23.04.2024

Imagen de la visita a los depósitos

ALMERÍA.- La asociación Amigos de la Alcazaba ha tenido el honor de realizar la última de las visitas concertadas organizadas por Aqualia y el Ayuntamiento de Almería, a través del Área de Promoción de la Ciudad, a este patrimonio invisible de nuestra ciudad que se ha abierto por primera vez a los almerienses, coincidiendo con el 25 aniversario de trabajo de Aqualia con el Ayuntamiento y aprovechando que una vez cada cinco años los Depósitos de Santa Isabel se vacían para su limpieza.


De hecho, la demanda fue tal que tal visita se tuvo que realizar en dos tardes, guiadas por Antonio Jesús Sánchez, para un total de más de cien asociados, que han aprovechado así la oportunidad única de conocer esta monumental obra arquitectónica con capacidad de 3.000 metros cúbicos en cada uno de sus vasos idénticos y que todavía suministran agua para los almerienses de una parte de la ciudad: zonas de Oliveros, zona Centro, Catedral y parte baja de la Rambla. Cada día, abastecen a casi el 20% de la población de la capital (unos 40.000 almerienses) con casi 5.000 metros cúbicos.


Los Depósitos de Santa Isabel se construyeron en 1888 en aquella Almería en pleno desarrollo económico y demográfico. La prosperidad de la minería del hierro y la uva de embarque, principalmente, hizo que Almería duplicara su población en apenas 40 años. “La nueva ciudad burguesa se levantaba a toda prisa con sus bellos edificios privados, públicos, religiosos, educativos, teatros, plaza de toros… mientras al norte y oeste de la ciudad se planificaban los barrios obreros. Naturalmente crecieron las necesidades de agua en una tierra históricamente seca”, explican desde la Asociación.


Para ello, durante todo el siglo XIX se proyectaron y realizaron múltiples iniciativas para la mejora de la red de abastecimiento urbano: pilares, acueductos, distribuidores, fuentes, depósitos… y hubo que rescatar las antiguas conducciones musulmanas de las Fuentes de Alhadra. “En 1885 se construye una conducción cubierta de 17 kilómetros desde Alhadra. En 1888, el año en que el teléfono y la electricidad llegaba a nuestra ciudad, también llegaba el agua a los Depósitos de Santa Isabel”, explican.


Con sus pilares, bóvedas y arcos, simula un aljibe árabe. Dispone de respiraderos en el centro de cada bóveda, los cuales están equipados con sistemas de mosquiteras para impedir el acceso de insectos pero al mismo tiempo proporcionar la ventilación adecuada que impide la condensación del agua en los techos. El depósito cuenta con dos vasos idénticos con capacidad para almacenar 3.000 m3 de agua cada uno (3 millones de litros cada vaso).

Más de 100 socios de Amigos de la Alcazaba visitan los depósitos de Santa Isabel
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