miércoles. 24.04.2024

Mantras, tantras y shawharmas

Alejandro Aguilar, Social Media Manager (Gestor de Redes Sociales)

Estas palabras e historias no son en esencia ninguna novedad pues ya la "Generación Yuppie" contaba y disfrutaba placenteramente con los chill out, la new age y años ha, para qué hablar por ejemplo de los Martinetes, diablos cojuelos, Tía Pardala, perro de la tea o carro  de los difuntos, ejemplos del variopinto mundo de nuestro imaginario popular.

Pero he aqui que, como plaga bíblica del segundo milenio, surge un nuevo bálsamo de Fierabrás en formas tales, que no de Mileto, sino de sanadores, curanderos, impositores de manos y vendedores, sí vendedores, de ilusiones para que la peña que anda pachucha de mal de amores, trabajo, salud, dinero y sentimientos varios, pase por consulta, pague y hasta luego Lucas.

Son, parafraseando a Sabina, "nuevas academias de corte y confección" para el alma, el aura y los humores que recorren nuestro cuerpo, previo pago en el mejor de los casos, a nuestros contemporáneos trasgos y tangaraños vendeilusiones.

Es característico el perfil del paciente, o al menos de los que conozco como asiduos clientes de los anterioires: cuidadano/a ya talludito, con buena formación, universitaria en muchos casos, profesionales bien retribuidos, curiosamente funcionarios, aquejados de falta de ilusión, motivación, pérdidas irreparables, desengaños amorosos, enfermedades variopintas, etc. que acuden a los nuevos magos y magas merlines para que les arreglen y les cobren, en el mejor de los casos a cincuenta pavos la sesión, sus males y dolencias.

Eso sí, nada de psicólogos y curas que eso está muy mal visto y ahora se lleva el rollito ganso de ponerte las manos encima, hacerte una sanacion craneoespectral, una charlita en plan paz y amor o unas sesiones de videncia y voilá!!, energia positiva para la muchachada nui y hasta la próxima visita.

Y curiosos y llamativos son las técnicas nigromantes, utilizadas en remotísimos tiempos, donde la ayuda e intervención de los que ya no están aquí, o sea muertos y difuntos propios o ajenos, son invocados via medium de pacotilla sin cortes publicitarios, y pago de la cuota sin establecimiento de llamada.

Y para finalizar el postre. Como decía mi amigo Mohamehd, "¿Te has fijado primo, que los que van al consultorio de la señorita Francis en versión santa compaña, salen peor y más transtornados de lo que entraron?. Mejor los invitaba a un shawharma que es más económico y sano para el cuerpo, el alma y el bolsillo y no tienen ni trampa ni cartón"

Mantras, tantras y shawharmas
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