José Antonio Peláez, activista social y andaluz
Tras la desaparición del Partido Andalucista, parece que surgen nuevas savias con las que seguir manteniendo vivo el espíritu rebelde que fraguó el pensamiento de Blas Infante.
Surgen nuevas voces, nuevos proyectos, nuevas gentes y un mismo fin se ha de suponer, que no debe ser otro que la liberación del subdesarrollo del pueblo andaluz. Con estas perspectivas nacen tres formaciones nacionalistas andaluzas que de una forma u otra seguro estarán el próximo 26J en la pugna electoral.
Entre estas fuerzas, existen tres opciones con diferentes perspectivas de cómo reivindicar las necesidades que las andaluzas y andaluces necesitamos para conseguir poner Andalucía, nuestra tierra, el que algún día será reconocido como país en un estado federado y plurinacional, donde los hombres y mujeres estarán por encima de los intereses de grupos de presión y enriquecimiento de unos pocos a costa de un pueblo.
Surge una formación de nombre nueva, sin prisas aun siguiendo constituida como plataforma que espera, que el pueblo andaluz resurja y empuje como lo hizo el 4 de Diciembre, una formación que se denomina progresista que se está aun planteando si presentarse o no. Siguen esperando como ya lo hicieron durante más de 30 años que estuvieron al pie del cañón defendiendo el sentimiento andaluz y como anteriormente menciono, esperando que el pueblo andaluz se vuelva a levantar, no estando para ayudar al pueblo andaluz a levantarse en su rebeldía. Estos nacionalistas que se autodenominan progresistas parece que llegan para seguir igual que estuvo el PA esperando y viviendo de lo que consiguió con las movilizaciones pro-Estatuto de Autonomía. Un andalucismo que a no ser que el día que se decidan a salir a la palestra pública, demuestren que es cierto que llegan decididos a cambiar el sistema, no parece que tenga nada nuevo que aportar a nuestra tierra, nada más allá que un discurso caduco y más de lo mismo que aquello que llevo al PA ha desaparecer.
Otro de los partidos nacionalistas recién llegados apuesta, por una formación nacionalista ni de izquierdas ni de derechas ni transversal, que si ha decidido presentarse al 26J, esperando obtener el respaldo del pueblo andaluz. Estos andalucistas el discurso que están realizando resulta un poco difuso para todo aquel que ya estuvo en el andalucismo con anterioridad, recuerda la indefinición de un proyecto, el servir de arma arrojadiza contra todo nacionalismo de pueblos hermanos como el catalán o el vasco, un nacionalismo que nace sólo para decir a los demás andalucistas que ellos son los puros los auténticos, los genuinos los que tienen la verdad absoluta., de los que piensan que todo el que no esté con ellos está equivocado, que nunca se alinearan con partidos centralistas pero luego pactaran con pp y psoe. Es ese nacionalismo que en vez de presentar proyectos, de estar junto a la gente, sirve única y exclusivamente para criticar a otras formaciones. Formaciones que curiosamente se suelen estar a la izquierda del tablero político, podríamos decir que son de esas formaciones que se envuelven en la verde y blanca con tanta ansia que al final, termina dejándolos ciegos o listos para mandar como regalito para quien los quiera.
También ha nacido un andalucismo que quiere estar con sus gentes, que antepone las necesidades de las andaluzas y los andaluces antes que los macro proyectos estructurales de Andalucía sin olvidarlos. Un andalucismo que reconoce que si de verdad se pretende conseguir un cambio social no se puede realizar sólo con una parte de los andaluces y andaluzas, apostando por el mestizaje ideológico como siempre ha sido nuestro país. Un nacionalismo claramente identificado de izquierdas dispuesto a confluir no siendo exclusivista como nunca lo fue Blas Infante, sabiendo cuales son las verdaderas necesidades de las gentes de nuestra Andalucía, buscando explotar en convivencia con el medio ambiente las bondades de nuestra tierra, caminando a la construcción de un nuevo país sin prisas pero sin pausa, y si, siempre ante poniendo las gentes sus necesidades, habitacionales, sanitarias, educativas, de igualdad, laborales y sociales antes que sueños que hoy en día Andalucía aún no reclama. El andalucismo de progreso que Andalucía reclama y que 26J estará creando conciencia y resolviendo los problemas de las gentes de Andalucía para construir país.
No existe un andalucismo único, porque el compromiso con nuestra tierra no se puede medir de una única manera, porque cada comarca, pueblo o ciudad siente y ama de forma diferente, porque las prioridades de los más necesitados no pueden esperar, porque debemos volver a construir un pueblo.
