jueves. 25.04.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

No se si estoy muy de acuerdo con Izquierda Unida en su análisis sobre una supuesta retirada de la reforma de la ley del aborto por parte de este Gobierno de España del PP. Para la coalición, la lucha feminista y el movimiento social en la calle han sido quienes han logrado frenar las pretensiones de este ejecutivo que ciertamente  está resultando poco atinado en las reformas que emprende. 

La calle no parece la causa de esta marcha atrás porque sino la cuestión catalana se estaría abordando de una manera muy distinta a como se está haciendo y al PP no le tiembla mucho el pulso cuando se trata de avasallar y eliminar de un plumazo cualquier asunto por mucho respaldo que éste tenga en la calle.

En lo del aborto está pesando mucho la impopularidad de la medida dentro incluso del propio partido. La incomodidad que está suponiendo para muchas mujeres del PP tener que cargar con el lastre de una medida tan retrógrada con la que ni de lejos se identifican, pero sobre todo, la de añadir un motivo más en la población para alejarse otro poquito más de las siglas de la gaviota.

El PP tiene poco de popular en estos momentos. La mejora de la economía apenas se percibe en la calle. No sólo las empresas se quejan de falta de crédito sino que las mismas ONGs que están llevando buena parte de la subsistencia de las familias en esta crisis aseguran no notar ni brotes verdes ni principio de recuperación alguna. Aunque la consulta de Cataluña es el hueso más difícil de roer, la manida Marca España está como nuestras selecciones estrella, -la de fútbol y baloncesto-, de capa caída y en estas circunstancias y con elecciones a la vuelta de la esquina, alguno ha debido de pensar que no es momento de echar más leña al fuego y hay que tratar de remontar con pequeños gestos como las bajadas de impuestos que parecen querer todos ahora impulsar.

Así que todo apunta a que la reforma de la ley del aborto se quedará aparcadita pero no porque se haya meditado su inconveniencia o se haya escuchado a la calle, sino para tratar de frenar una caída libre que ya empieza a vislumbrar el propio PP dentro de sus filas. Y llegados a este punto, resulta una doble inmoralidad que ésta sea la razón de fondo para una vez más no cumplir con otro punto del programa con el que el partido de Rajoy optó a la presidencia del Gobierno.

La inmoralidad del PP con el aborto
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