Rubén Gómez. Diplomado en Magisterio en la especialidad de Educación Física
En la sociedad en la que vivimos, parece que cada vez prima más el estar centrados en nuestra carrera profesional que el estar con nuestros hijos y familia.
Por este motivo, cada vez se crean más empresas de “tiempo libre” o campamentos de verano en los que mandamos o mejor dicho “soltamos” a nuestros hijos para poder tener más tiempo para nosotros en el trabajo.
Pero la base de una buena educación para nuestros hijos, no es la de que nos vean sólo por la mañana y por la noche y los fines de semana, sino que debemos de educar a nuestros hijos en valores tales como:
- La familia.
- Jugar y pasar tiempo con nuestros seres queridos.
- Aprender a respetar a nuestros mayores.
- Entender que son más importante los lazos familiares que los profesionales.
- Etc…
Mientras que en la sociedad de hoy en día nuestros hijos lo que de forma subjetiva están aprendiendo es a economizar el tiempo para poder dedicarlo al trabajo o relaciones laborales para promocionar en el mismo.
Varios profesores y psicólogos de diferentes colegios noruegos respaldan la teoría de que si enseñamos a nuestros hijos a disfrutar del tiempo que están con la familia y los amigos en vez de presionarles para que se esfuercen más en sus notas académicas o retos deportivos… conseguiremos que nuestro hijo crezca sin cargas y sin tener la continua necesidad de hacer algo por reconocimiento externo o paterno.
De esta forma, educaremos a nuestros hijos en valores mucho más positivos para ellos a la hora de realizar un aprendizaje eficaz en la etapa escolar.
Con este artículo no estoy diciendo que los valores en nuestra sociedad deban cambiar, sino que la enseñanza de esos valores en sí, no puede ser tomada a la ligera. Muchas veces escuchamos la frase de que unos padres no ven a sus hijos porque trabajan duro para darle un futuro mejor a su hijo, pues bien, es cierto que económicamente le darán un futuro mejor a su hijo, pero en el mejor de los casos lo que realmente están enseñándole a sus hijos es que en nuestra sociedad es más importante el dinero que la unidad familiar, que es más importante dar dinero a nuestros hijos que hacer que se sientan queridos.
Con esto no quiero crear ningún resentimiento de conciencia, sino el que encontremos entre todos el punto de inflexión entre tiempo para el trabajo y tiempo para nuestra familia.
+ Información acerca de las enseñanzas noruegas y su estilo de aprendizaje en la Wikipedia.
