viernes. 29.03.2024

La falsa apariencia

Ana Mancheño, teleprensa.com Sevilla

No sé si a los demás les pasa como a mí, pero con el apelativo de “pequeño Nicolás” no se me representa un tipo que haya engañado o más bien, se haya quedado con la mitad del personal. Y para ello consciente de la importancia de las primeras impresiones, la chaqueta y la corbata formaba parte de su atuendo habitual.  

Para detenerlo se presentaron en su casa quince agentes, y todo por haber estafado unos “cuantos euros” que comparado con lo que se han llevado otros, pues no tiene mayor importancia.

La importancia es que esta vez, los engañados han sido los que lo suelen hacer con los demás, entendiéndose por “demás”: ciudadano normal, desempleado, estudiante, ama de casa, jubilado, trabajador honrado… y  por engañados a todos aquellos que, hasta ahora, no hay día que no salga un  nuevo caso de fraude o estafa cometido por alguno de los que el “pequeño Nicolás” engañó, y sólo con la apariencia. Fingir una cosa que no era, pero que le daba buenos resultados. Ser de una forma que ni de lejos es la tuya  y   aparentar ser lo que no eres, en los últimos tiempos se ha convertido en “trending topic” en nuestro país.

Todos los que, en su día, hicieron declaraciones hablando de honradez, honestidad, respeto y los adjetivos que se quieran escribir como sinónimos,¡cómo deben  sentirse cuando se han visto reflejados, en parte, en este “pequeño” estafador! Hay gente capaz de parecer que lo suyo es asumir grandes riesgos, pero que en realidad nunca hacen absolutamente nada. Es lo que resume la vida de este Nicolás que ahora inunda los informativos.

Lo más increíble es que con simples fotografías, en las que aparecía junto a gente importante de las altas esferas (bueno lo de importante, no sé yo, pues ahora muchos de estos ”importantes” han dejado de serlo y no precisamente por voluntad propia) pues como decía, con simples fotografías se llegó a construir un historial laboral que nunca necesitó de entrevistas de trabajo, de estas en las que te piden títulos universitarios,  varios idiomas, máster,  y después de esto tienes que pasar por no sé cuántas pruebas más, test de personalidad, dinámica de grupo …En fin, todo lo que quieran porque para eso son ellos los que contratan.

Y en cambio este Nicolás, nadie en los primeros tiempos desconfió de él. Es más, se sentían halagados de que, quien se codeaba con tanta alta sociedad y estaba tan bien relacionado, quisiera hacer y ayudarles en sus negocios. ¡Ay la falsa apariencia! Rodeado de ostentación, palabras grandilocuentes  y toda una parafernalia que se montó a su alrededor, sabía que con este circo personal que se había creado, no muy distinto del que se crean otros, engañaría  a la mayoría. Como dijo alguien” Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres”.

La falsa apariencia
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