jueves. 28.03.2024

La diferencia es natural, la igualdad es legítima

Juan Fernández Cabezas, presidente CSIF Almería

Hemos avanzado mucho en igualdad, pero no lo suficiente. Además, la crisis ha supuesto un retroceso importante haciendo mella en la independencia económica y, por tanto, en igualdad. Las mujeres de todas las edades han visto disminuida su capacidad de tomar decisiones y reducida su libertad considerablemente para ejercer sus derechos sociales y laborales.

Mientras existan personas que no tengan la libertad de hacer realidad su forma de vivir y de decidir cómo quieren ser felices, tendremos un serio déficit democrático y habrá que conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Es por eso que, en este 8 de marzo, se ha tenido que volver a alzar la voz, para que conciliar la vida familiar y laboral sea posible, para que se elimine la brecha salarial entre hombres y mujeres, para que la materindad deje de estar penalizada en el mundo laboral, para que se facilite el acceso a la mujer a puestos de responsabilidad y por todo lo que suponga una desigualdad entre personas. Y, sobre todo, para que se reconozca el esfuerzo, el compromiso y la capacidad de las mujeres para transformar nuestro modelo social de convivencia.

CSIF va a seguir defendiendo esa necesaria igualdad entre los hombres y las mujeres que nos permita alcanzar mayores cotas de prosperidad, bienestar y desarrollo social. Para nuestras siglas la igualdad real debe construirse desde la educación. Por eso reclamamos un sistema educativo consensuado y definitivo, al margen de postureos de partido, donde se garantice la formación en igualdad de niñas y niños, desde Infantil hasta la universidad. Estamos convencidos que la educación es la herramienta más eficaz para luchar contra la violencia de genero.

En CSIF Almería, este año hemos querido apostar por dar voz a todo aquel que ha querido participar en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Con un acto abierto, distendido, cercano y donde ha primado la implicación y colaboración de los asistentes, para generar cauces de diálogo reales, más allá de las teorías sobre igualdad estereotipadas y rutinarias. La libertad e igualdad del individuo es un derecho consagrado en nuestra Constitución (Art. 9.2) y es responsabilidad de los poderes públicos, pero el reparto compartido de las actividades no remuneradas en el ámbito privado, es cosa de todos.

La diferencia es natural, la igualdad es legítima
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