viernes. 19.04.2024

La campaña electoral interminable

Marcos González Sedano

Había un país tan plástico, que se convirtió en una pantalla de plasma. Una vez sus habitantes convocaron elecciones para elegir Puerquero, y tuvieron la grandeza de convertirlas en las más dilatadas de la Historia.
Pero su gran hito fue poner a los corderos que estaban siendo degollados frente a cuarenta pulgadas de imágenes, mientras los grandes gurús les llamaban en masa y les iban esquilando.
En aquellas estaban, mientras los pastores discutían en interminables tertulias de a quiénes les correspondían los mejores sillones, cuál sería el actor principal, y el reparto de papeles en su tragicomedia "La Democracia Secuestrada".
En aquel país, convertido en un protectorado Vikingo, en verdad tampoco hacía falta elegir Puerquero. Desde el Imperio podían seguir gobernándoles o mandarles a cónsules o procónsules (las célebres Ovejas pintadas de Negro), que garantizarían los beneficios de la lana y mandarían los diezmos a la Metrópolis.
Pero cuenta la Historia, que una vez cansados los borregos de tanta imagen cuadrada, estridente y en blanco y negro, apagaron el infernal invento abandonando el corral, y volvieron a abrir las grandes alamedas privatizadas. Mientras las abrían, corrían a "topáh" (Del cuenta cuentos andaluz, topáh: envestir, chocar, golpear. Nombrarle a alguien a sus ancestros monárquicos...) a los pastores, esquiladores, gurús, a los dueños del cortijo, a los cabruos cónsules y procónsules, a los candidatos a Puerquero, y mandaban al estercolero al Imperio Vikingo y al otro.
Y cuenta el cuenta cuentos, en sus andazas por las ciudades, pueblos, y parroquias gallegas, que en todo aquel proceso de Liberación y de Ruptura, los corderos y corderas aprendieron que ellos eran autosuficientes; que su destino estaba en sus propias pezuñas y que fuera del corral también había vida: la de la dignidad, la de la libertad, la Democracia real y la de la solidaridad entre los rebaños.
Y cuenta el cuenta cuentos, que era andaluz, hermano de los Titiriteros, que en el inicio de la revolución de los corderos, nacieron nuevos poetas, pasteleros, pintores, músicos, albañiles...que fueron perseguidos, encarcelados y escarnecidos en las pantallas de cuarenta pulgadas. Pero también fueron amados, respetados, recordados y reconocidos por sus actos.
Y como toda Revolución, tuvo su grito:
¡¡¡CORDEROS Y CORDERAS DEL MUNDO, LIBERAOS, OS ESTÁN ORDEÑANDO!!!

Desde Puerto Bayyana, al levante de Andalucía y al norte de África.

La campaña electoral interminable
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