Edson Gutierrez, Sociólogo
A los mediados de la década de los 80, surge nuevamente una discusión que ya se había tenido a los finales de la década de los 60, la gran pregunta que provoca la discusión es ¿Qué papel jugarían los hombres dentro del debate feminista? Durante todos estos años esta pregunta aún sigue sin responderse, la perspectiva con que se vea la teoría feminista puede dar una pauta y ayudarnos a resolver esta gran incógnita que aún sigue siendo un tanto incomoda para muchos sectores.
La teoría feminista objetiva, es un gran punto de partida para explorar la construcción social de la masculinidad, que se mira desde otros ojos, bajo otras teorías y que aporta a mi punto de vista una gran riqueza debido a que nos piensan como hombres y nos visualizan en lugares o con prácticas que normalmente son para las mujeres y que la sociedad pensaría que se está dejando de ser hombre por realizarlas.
Pensemos si al momento de hacer propia como hombre una teoría en que la mujer es el eje principal, se puede ganar o perder algo dentro de esta sociedad de carácter patriarcal. El feminismo es un aporte sumamente importante a la construcción de las nuevas masculinidades y menciono esto debido a que cuando se tiene una carga o una responsabilidad, el peso que pueda causar es compartido y no únicamente para el hombre. No se trata de feminizar al hombre por quedarse en casa y aceptar que su esposa también tiene la posibilidad de trabajar, tampoco se trata de perder privilegios por no entrar dentro del juego del sistema patriarcal, en el cual muchas veces los hombres también son víctimas, se trata como lo mencione de compartir esa carga que se tiene por querer competir con los demás, por demostrar quién es mejor o quien está más preparado para asumir esos roles de liderazgos que aparentemente no son para mujeres.
Quizá para responde un poco a la pregunta que hacía mención al principio, el lugar que tengo que ocupar yo como hombre dentro de un sistema feminista, es el que está al lado de la mujer, es el que no me hace sentirme amenazado por dejar de ser hombre. También tenemos que reflexionar que no tendría sentido que las mujeres compitieran entre sí o que compitieran con el hombre por querer ser superior o mejor, esto solamente estaría replicando esa misma dinámica que se da en el sistema actual, es importante pues saber que el gran beneficiado si a la mujer se le da el espacio y las oportunidades que le corresponden, sería el hombre.
Esta igualdad y tranquilidad que podría tener el hombre si en algún momento este país se piense bajo un sistema feminista, podría llegar si este proceso lo desaprendamos colectivamente para que pueda ser más sanador. Creo que no es momento de cerrarnos a ver nuevas opciones, a construir nuevas cosas y sobre todo a no tener miedo de ser diferentes dentro de este sistema que se ha impuesto y del cual no puedo sentirme parte.
