viernes. 19.04.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

Rafael Hernando podría haber presumido de ser afiliado del PP por Almería en el momento que se negociaron los Presupuestos Generales del Estado, plantándose ante su partido para decirles que el Ave era innegociable para esa provincia a la que “representa” desde hace 24 años como diputado. Podría haber recordado que como afiliado del PP de Almería, allá por el año 2000 más o menos, anunció que llegaría en tren de alta velocidad con el entonces ministro de fomento Francisco Álvarez Cascos, precisamente para inaugurar lo Juegos del Mediterráneo 2005.

El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados podría haber sacado la espada de su almeriensismo cuando el Gobierno de Mariano Rajoy dejó de lado la desaladora de Cuevas del Almanzora, para después enterarnos de que, además, había sido objeto de un presunto saqueo durante su construcción por parte de altos cargos nombrados por su partido a dedo, es decir, por designación tan directa como directo fue su recorrido hacia la cárcel.

No seré yo quien ponga en duda el almeriensismo de adopción de Hernando, porque ciertamente aquí consiguió hacerse el hueco que en Madrid no le dejaban, y lo hizo gracias principalmente a la mediación de Álvarez Cascos con el entonces diputado por Almería y hombre fuerte del partido Manuel Arqueros. Ahora bien, si te preguntan por la presunta corrupción en el PP es muy arriesgado contestar con “yo soy afiliado por Almería” cuando precisamente el presidente del Partido Popular en esta provincia está investigado, entre otras muchas cosas, por su relación con una red de decenas de empresas que presuntamente se beneficiaron de su cargo político y con cuyos socios tiene, en un número muy elevado de casos, vinculaciones familiares según lo publicado hasta ahora en medios locales, nacionales y del mas allá.

Y quizás sea sincero ese almeriensismo de Hernando y su compromiso con el Partido Popular en esta provincia, pero sería mucho mas creíble si asumiese su parte de culpa y dimitiese de todos sus cargos en el hipotético caso de que, algún día, la Guardia Civil pueda confirmar ante el juez lo ya ha adelantado en los informes sobre las investigaciones hechas hasta la fecha en el entorno de Gabriel Amat. Me quedo con que allí, en Madrid, no ha podido enterarse de nada pese a ser su residencia habitual o de facto, al igual que la de ese otro gran defensor de Almería que le acompaña en las listas del Congreso de los Diputados como número dos de Arenas, perdón, del PP en esta provincia. Dicho de otra forma, se supone que aquí lo sabrá todo. Aunque claro, también puede darse el caso de que Rafael Hernando tire de aquel filósofo inglés que decía aquello de que “cuando todo va mal, no debe ser tan malo probar lo peor”, así que por qué no una escapadita al sur mientras en Madrid caen chuzos de punta, que cuando truene por aquí ya veremos por dónde aparece Hernando de Almería.

Hernando de Almería
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