jueves. 28.03.2024

Feria del Libro

ALMERÍA.- Ya tenemos ganadores del III Certamen de Microrrelatos, una apuesta por la escritura de la Feria del Libro de Almería. El primer premio en Categoría Adultos ha recaído en Francisco Ferrández Méndez, con el título 'Un impostor', mientras que la ganadora en Categoría Juvenil ha sido Paula Albarracín López. El segundo puesto en Adultos es para Juan Manuel Orberá Hernández, con ‘Quiéreme diferente’, y el tercero ha quedado desierto. En Juvenil, segundo premio para Javier Fernández Simón, con ‘Una casa misteriosa’, y tercero, desierto. Los premios, y la lectura de los microrrelatos, se entregarán el próximo domingo, a las 11.45 horas, en la Feria del Libro, en la Plaza de la Catedral.


El Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería busca el fomento de la creatividad literaria de este concurso cuyos participantes han tenido que escribir textos de entre 150 y 250 palabras a partir del pie ‘La tarde, de primavera, estaba llena de promesas…’. El primer premio consiste en una minitableta de alta gama y el segundo premio es un lector de libros electrónicos.


La Feria del Libro de Almería sigue su andadura en la Plaza de la Catedral y mañana, sábado, contará con varios platos fuertes, Así, a las 12 horas el periodista y escritor Vicente Vallés presentará el libro ‘Trump y la caída del imperio Clinton’. La presentación correrá a cargo de la periodista María del Mar Díaz, de Interalmería Tv. Habrá cuentacuentos, talleres y por la tarde, entre otras iniciativas, a las 20 horas, la presentación del libro de poemas y relatos de Nacho Vegas ‘Reanudación de las hostilidades’, y que será presentado por Antonio Jesús García ‘Che’. A las 21 horas, concierto de Cooper como homenaje a Nacha Pop.

Relatos ganadores (por si los medios de comunicación quieren publicarlos)

“Un Impostor”


LA TARDE, DE PRIMAVERA, ESTABA LLENA DE PROMESAS...

… Y de una luz titubeante que pronto iba a oscurecer lo sombrío de nuestro encuentro. Me mandó tu madre, siempre atenta a si enmagreces o te coge el frío con el armario cambiado. Te traía lentejas. Pero tú me recibiste con el pasmo de quien se topa con un antepasado muerto. Tu casa, pude ver, era una conejera llena de trapos desmayados, de polvo y borra, del olor cedizo a un cadáver cocinado anteayer. No me diste tiempo a decir nada. ¡Se me ha caído un lunar!, me espetaste, mostrándome la prueba irrefutable de tu metamorfosis: tu “foto de perfil” en una red social. Y así era, en efecto. Pero por más que escruté la palidez desde la que me mirabas no acerté a encontrar el lugar del que había salido volando como una pulga inquieta. Planteaste, entonces, un esfíngido dilema que a mí me abrió las carnes: o bien, dijiste, no te conocías tanto como creías, o bien aquel que me hablaba no eras tú, sino un impostor. Puse todo mi empeño en sacarte a la plaza a distraerte el magín viendo volar las palomas y caerse los niños, pero no pude hacer nada por ti.

Y allí te dejé, detrás de un portazo, entre calcetines sucios, recuerdos de tu madre y gracias por las lentejas, agarrado al móvil como a un rosario, los pulgares arrebatados y la cara toda azul, como si tú fueras la pantalla.

FRANCISCO FERRÁNDEZ MÉNDEZ
(Primer Premio Categoría Adultos)
III Concurso de Microrrelatos Improvisados Ciudad de Almería




Sin Título


LA TARDE, DE PRIMAVERA, ESTABA LLENA DE PROMESAS y Lena observaba el sobre cerrado con el escudo de su universidad deseada con media sonrisa en la cara.

Le había costado toda su vida, muchas dudas, esfuerzos enormes y más fracasos de los que le gustaba admitir, pero por fin tenía claro el camino que iba a seguir de ahí en adelante.

Mientras bebía un poco de su té de ciruela y abría su libro de poesía favorito, dejando el sobre a un lado, se detuvo a pensar en el cambio que le supondría el año siguiente. Y, a pesa de lo que todo el mundo creía, estaba aterrorizada.

La gente hablaba de la suerte que tenía por tener tan claro quien quería ser pero estaban muy equivocados.

Sí, ella sabía la carrera que quería estudiar y algunos trazos de su futura profesión de ensueño, pero no tenía ni idea de quién quería ser.

Uno se sus escritores favoritos decía que para encontrarse había que perderse primero. Y ella esto, tras muchos años de no saber dónde estaba, lo había logrado.

No sabía hacia dónde la llevaría el futuro (ni la universidad, que es, atreviéndome a decirlo, de lo menos importante) ni quién llegaría a ser, ¿y quién si?

Pero, en esa tarde de primavera se prometió que pasase lo que pasase iba a ser fiel a ella misma, a sus pensamientos y a su corazón. Porque lo que sí sabía era que no iba a volver a perderse.

PAULA ALBARRACÍN LÓPEZ
(Primer Premio Categoría Juvenil)
III Concurso de Microrrelatos Improvisados Ciudad de Almería



“Quiéreme Diferente”


LA TARDE, DE PRIMAVERA, ESTABA LLENA DE PROMESAS de esas que llenan los corazones de ilusiones.

Era la segunda vez que, Teresa y Manuel, decidían intentarlo. Todo estaba a favor en el parque: un paño de seda azul en el cielo, un sol sempiterno piadoso que acariciaba sus caras, una brisa juguetona que enredaba sus cabellos y un soniquete lejano, de los nidos recién bañados de vida, adornaban la escena.

Los ojos de él en los de ella, los de ella caídos a sus pies. Las manos de ambos anudadas sostenían, en vilo, una nueva oportunidad al amor. Los corazones martilleaban sus pechos queriendo tocarse. Las almas temerosas, permanecían neutras, expectantes al desenlace del encuentro.

El ángel de los silencios había secuestrado las palabras dejando sus voces en gestos contenidos.

Alguien debía dar el primer paso, pero la culpa atenazaba a uno y el miedo a la otra.

Fue Teresa quien, desnudando su vergüenza inició la voz:
– Manuel, ¿tú me quieres?
– Teresa, te quiero como el primer día.
Teresa, decepcionada, salió corriendo entre llantos desordenados buscando un amor diferente.

JUAN MANUEL ORBERÁ HERNÁNDEZ
(Segundo Premio Categoría Adultos)
III Concurso de Microrrelatos Improvisados Ciudad de Almería




“Una Casa Misteriosa”


LA TARDE, DE PRIMAVERA, ESTABA LLENA DE PROMESAS.  El verano se acercaba, y con ello las maravillosas tardes de playa que todos disfrutábamos. Pero todavía quedaba un mes para fin de curso y para que mis amigos y yo pudiéramos disfrutar de un merecido descanso.

Por ello, aquella tarde decidimos invertirla en algo original, una maravillosa experiencia que nos hiciera sentir el estío más próximo. A Alejandro le pareció oportuno que visitáramos un cortijo abandonado que estaba no muy lejos de nuestra localidad.

El edificio se encontraba a un kilómetro aproximadamente, así que anduvimos un buen rato. Alejandro, a quien le apasionaba ese lugar, nos recordó las habladurías sobre el tema. Al parecer, el cortijo fue habitado a principios del siglo pasado por una familia con 3 hijos. Se decía que el padre los maltrataba a ellos y a su madre, y un día desaparecieron.

Desde entonces siempre hubo quien pensó que los había matado, aunque él siempre lo negó.

Cuando llegamos, accedimos a una finca que en otros tiempos debió tener un bello jardín. Nos acercamos al edificio de dos pisos y entramos por la puerta principal, ya inexistente.

Al entrar, vimos el salón, y por una puerta desvencijada se vislumbraba la cocina. Decidimos bajar al sótano, que estaba a nuestra izquierda.

Bajamos con las linternas para ver que la habitación había sido víctima de ritos satánicos. Encontramos velas y un altar improvisado.

Temerosos, preferimos volver a casa, pero fue una tarde espléndida.

JAVIER FERNÁNDEZ SIMÓN
(Segundo Premio Categoría Juvenil)
III Concurso de Microrrelatos Improvisados Ciudad de Almería

Francisco Ferrández, en categoría Adultos, y Paula Albarracín, en Juvenil, ganan el III...