sábado. 20.04.2024

Fabricio Sensato

Juan Antonio Palacios Escobar

Fabricio era trabajador y había elaborado un informe  de 270 páginas sobre las distintas maneras de proceder en caso de estar exaltado por cualquier suceso o acontecimiento. No se dejaba influenciar ni llevar por el entusiasmo y por mucho que intentaran deslumbrarle con descubrimientos que son solo espejismos y que no responden a  la realidad.

No lograba entender como había escritores que por muy equilibrados que parecieran no eran capaces de verificar antes de juzgar en las páginas de sus obras. Siempre había sido una persona cuidadosa e imparcial, por eso le sorprendía que desearan  tildarlo de exceso y desmesura.

Sensato estaba considerado como investigador, una persona con grandeza intelectual, un científico riguroso y capaz. A veces  daba la impresión que estuviera permanentemente en una huelga a la japonesa,  procurando producir más y mejor.

De todas formas Fabricio Sensato , era agradecido y hacia de su vida una permanente rueda de la fortuna , lejos de cuentos de príncipes y princesas y cerca del currante que hace grande este país ,  sin chascos  ni sorpresas y con esfuerzo y trabajo procuraba conseguir el afán de cada día.

Cuando estaba convencido de algo, no daba ni un paso atrás y luchaba con uñas y dientes para convencer a los demás y conseguir sus objetivos., sin pisotear ni humillar a nadie. Su mente siempre estaba en alerta y funcionando y  era una verdadera factoría de ideas.         

Odiaba las carreras crueles y peligrosas que no conducen a ninguna meta. Su control y  moderación en el hablar y el hacer su alto sentido de su palabra y el cumplimiento de lo dicho y prometido lo convertía en un ser creíble y apreciado.

Sabía lo que le convenía en cada momento. Donde estaba el peligro y  cuál era la opción más favorable que debía escoger,    las alucinaciones y las reflexiones, lo sedante y lo inquietante, los acertijos y las averiguaciones, la juventud y la senectud, las apuestas y los juegos.

Nuestro personaje no solía caer en desvaríos  ni desequilibrios, no era partidarios  de fanfarronerías ni de estupideces, prefería los silencios elocuentes a los verbos vacíos, vivir para contarlo, que contar lo que fuera con tal de vivir.

              Gestionaba y controlaba bien sus emociones, lo que le facilitaba medirse con cualquiera en la situación más tensa., aceptar cualquier lance y no caer jamás en un ataque de ira que se apoderara de su conciencia. Le gustaba superar la teoría y saltar a la calle para obtener respuestas a sus dudas.

Planteaba las cosas sin tapujos, aunque respetaba la confidencialidad a rajatabla sin ser escéptico ni extravagante. Sopesaba ante cada problema todas las respuestas posibles, aunque sin mentir ni disfrazar la verdad. Guardaba todas las cautelas posibles antes de lanzarse a afirmar algo de lo que no estuviera completamente seguro.

Había gestos y detalles en Fabricio que podía confundir a cualquiera, parecía seguro y firme cuando era un mar de dudas e incertidumbres. Aunque perdiera sus partidas en los pulsos que le planteaba la vida, siempre cumplía con su palabra. Y jamás dejaba de asumir sus compromisos y lavarse las manos.

Sabía que en la vida había que saber superar las riñas, convertir en positivas las trifulcas y buscar los reencuentros en lugar de alimentar los desencuentros. Procuraba, eso sí, que el tiempo no corriera nunca en su contra y que el espacio le fuera favorable, lejos de suspicacias, tripas y desvaríos y sin ser rehenes de ningún demonio interno ni ninguna tentación externa. 

Fabricio Sensato
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