viernes. 29.03.2024

Javier A. Salvador, @jsalvadortp

Las entidades financieras que aún no han solucionado con sus clientes la crisis de la cláusula suelo han comenzado a correr. Ahora tienen prisa. La sentencia del Juzgado de lo Mercantil nº 11 de Madrid les condena a devolver lo cobrado de mas, y a pagar los intereses correspondientes, desde el 12 de junio de 2013 como fecha de retroactividad que ha marcado el Tribunal Supremo de España. Pero aún hay más, porque el Tribunal de Justicia de la Unión Europea tiene que pronunciarse en este sentido y el riesgo para las entidades es que diga que la retroactividad no es desde junio de 2013, sino desde el mismo instante en el que se firmó la hipoteca y el banco empezó a cobrar la cláusula suelo.

Los usuarios cruzamos los dedos para que Europa le moje la oreja a esas entidades y ellas, por el contrario, intentan en algunos casos hacer un triple salto mortal.

Como todos los españoles yo tengo una hipoteca, y Caja General de Granada  como entidad con la que la suscribí, ahora Banco Mare Nostrum o BMN para los carteles, ha tocado a mi puerta para llegar a un acuerdo. Pero ahí está el problema, que no aprenden.

La sentencia les condena a anular la cláusula y devolver el dinero, pero su negociación nada tiene que ver con ello.

El banco tiene derecho a recurrir esa sentencia y dinero de sobra para eternizar el proceso o, al menos, esa es la sensación que se te transmite cuanto te hacen un planteamiento de los mas heavy que te puedas imaginar.

En mi caso  la cláusula suelo es del 2,750 por ciento nominal anual. Quiere decir, que si me tuviesen que devolver el dinero cobrado de más desde 2013 superaría los 10.000 euros. Si es desde el día que la suscribí me darían una alegría, porque triplicaría esa cantidad. Claro está, no es oro todo lo que reluce.

BMN negocia con sus clientes diciéndoles lo que les han cobrado de más desde la fecha de retroactividad, pero acto seguido te informan de que la entidad no va a devolver ni un euro.

Su muestra de buena voluntad es, sin pagar nada de lo cobrado de más, proponerte un tipo fijo hasta el final de tu hipoteca. Que bueno, te puede interesar si el precio del dinero sube a más del 3%. Vamos, que no es una oferta muy generosa.

Pero la que te puede llegar a poner cachondo es la opción B que consiste, sencillamente, en eliminar la cláusula suelo, con lo que tu hipoteca se calcula sobre el interés pactado en su momento y lo que se suma el euribor o precio del dinero, a día de hoy en negativo. Quiere decir esto que lo que te ofrecen, sencillamente, es  cumplir con tu contrato de hipoteca tal y como es legal, sin cláusula suelo, pero sin devolverte lo cobrado de más.

No entiendo esto de la libre interpretación de una sentencia judicial, y mucho menos tener que firmar un acuerdo para que se cumpla lo que ya firmé el día que suscribí mi hipoteca, pero lo que sí entiendo es que estos bancos nunca aprenden.

No se trata de ahorrar lo cobrado de más llevando al cliente al escenario del lento e incierto mundo de las sentencias y recursos judiciales, desanimarles haciéndoles ver que en este país la lentitud del sistema judicial corre a su favor y hacerle firmar, así, un acuerdo enrevesado y que nada tiene que ver con la condena que en este caso le han impuesto. Suponía que asumirían su culpa como punto de partida del camino para recuperar la confianza de los clientes en esas entidades, pero han equivocado otra vez la dirección a tomar.

No se trata de intentar ahorrar lo que les han condenado a pagar, sino de devolver lo que han cobrado de más aún sabiendo que lo que hacían, con cláusulas del 2,75% o más y techos del 14,00%, que además de ilegales rozaban la ordinariez financiera.

Pero sobre todo no se trata de correr porque llegue la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, sino de que con la llegada de un nuevo gobierno, y llegará, la gente saldrá a las calles pidiendo otra justicia, y serán los bancos, algunos de ellos, los que servirán de chivo expiatorio por no querer aprender nunca.

Estos bancos que nunca aprenden