jueves. 28.03.2024

Javier A. Salvador, @jsalvadortp

Lo más difícil en una batalla ciudadana para conseguir un objetivo concreto de una administración es encontrar el momento justo para presentar tu reivindicación y que ésta sea entendida bien como una oportunidad, ante una necesidad imperiosa de crecer en posicionamiento o por el contrario, como una crisis de verdadero calado que hay que solucionar a cualquier precio. Un ejemplo de este segundo escenario es, por ejemplo, el voto obtenido por el PP del PNV para poder aprobar los presupuestos a cambio, entre otras cosas, de la llegada del Ave a las tres capitales vascas y nada menos que con vías soterradas. Casi un imposible en un país que se declara cauto en inversiones públicas ante la recuperación económica y que es capaz de regatear hasta una comisaría de policía en poblaciones como Roquetas de Mar porque, sencillamente, no tienen pensado gastar ese dinero allí y ahora.

En el caso del tren en Almería la mesa del ferrocarril y cuantas plataformas lo reivindiquen pueden seguir haciéndole el juego al Ministerio de Fomento y justificar sus ya habituales visitas al gambón rojo de Garrucha, perdón, a la provincia de Almería, o establecer una estrategia verdadera, con sus tiempos, sus recorridos, sabiendo que llegarán los momentos de euforia, pero también los del miedo ante el temor de no conseguir los objetivos. La diferencia entre enfrentarse a una crisis como la del tren en Almería con un plan o sin él, es que si lo tienes en un 80% de ocasiones se cumple y el resultado puede cubrir del 100 al 130% de los objetivos marcados.

Conseguir el Ave para Almería implica tomar la decisión de no compartir espacio con el partido que frena las obras y dejarse de fotos a lo Berlanga en la estación del ferrocarril con chicos en sillas de ruedas porque quedan muy bien y muy fresquitas para las portadas del verano. Y sí es importante que el tren adaptado ya esté aquí, pero es sólo una mínima parte de lo que se busca y en estas luchas el pasito a pasito no existe. O estamos a hostias o estamos a carantoñas, pero en una crisis de reivindicación no puedes permitir que tu enemigo, -sencillamente hay que identificar al bando contrario de alguna manera-, se haga hoy fotos de compadreo contigo y que mañana le pongas morritos de enfado porque no te da lo que pides.

Almería necesita su momento para subirse de nuevo al tren y estos espacios específicos en los que lanzarse a la carga, esas ventanas, se abren periódicamente o puedes provocar tu su apertura. Canarios y Vascos saben que su nueva venta de cosecha será durante la negociación de los siguientes presupuestos, y esperarán, pero la reivindicación del tren de Almería puede valerse de muchas cosas, desde la imputación de cualquiera de los cargos políticos locales en las muchas causas en las que están involucrados a un mero avance en otra provincia que suponga un claro agravio para Almería. Ejemplo, Murcia estrenará su tren de alta velocidad antes de que finalice el año, de ahí que el gobierno esté repartiendo migajas en el gallinero de Almería para ver si así controlan lo que debería ser una explosión reivindicativa sin igual y nos dedicamos a seguir poniendo huevos en forma de invernaderos y no a tocárselos a ellos justo ahora que empiezan a perder ese papel de fuerza política más votada en la provincia.

Y esa es la gran ventana para coger el siguiente tren que nos traiga el Ave.

Imaginen por un momento que se prepara un verdadero otoño caliente. Reivindicaciones silenciosas, pero muy llamativas. Nada de manifestaciones, pero sí mucha pancarta en cada balcón situado frente a cada sede del partido que te niega con sus votos el derecho a tener tren digno. Incomunicación total, no hay reuniones hasta que las palas no estén trabajando. Guerra en redes sociales, identificando a sus voceros, a los asesores que cobran de lo público y utilizan como punta de flecha para ridiculizar al contrario. Imaginen una Almería plagada de crespones negros por la muerte del tren y con ello de sus posibilidades económicas, una imagen que pida Stop a la violencia general del partido en el gobierno contra la provincia por no traer el Ave a la provincia.

Vamos, que se trata de currárselo un poco y plantear un frente de batalla serio para coger el tren y no seguir viéndolo pasar.

Esperar el siguiente tren de Almería