miércoles. 24.04.2024

En silencio observo

Fonccy Camille, Gestor Cultural

Como se pueden dar cuanta en las columnas de opinión que he escrito,  concluyo en hablar del amor y de cómo este sentimiento transforma mi vida. Les he compartido un poco de mi experiencia y de los aprendizajes que he tenido. Pueda ser que no sea un experto en esta materia y que haya tenido grandes desaciertos, pero sin duda las ganas de enamorarme y de hacer realidad una historia sobre aventuras en pareja, sigue siendo mi gran motivación.   

 Algunas veces he podido tener el gusto de conocer a parejas que se han basado en diferentes estrategias, todo para construir una relación afectiva y en busca de solucionar las complejidades del amor, como también solucionar las decisiones poco asertivas del caminar de la vida. He conocido parejas que llevan veinte años juntos y otras parejas que solamente han durado quince días, pero ambas han tenido la característica de ser intensas y con grandes sueños.   

 

Sin duda hay extremos de extremos, y no todas las parejas encuentran el equilibrio en si mismas para continuar, pero lo mas importante es como ambas aprenden y van construyendo personas mas responsables y solidarias en el amor de pareja.   

También he podido conocer a más de alguna persona que encuentra en formas violentas expresar sus sentimientos, aunque personalmente no estoy de acuerdo con este tipo de expresión, a ellos les ha funcionado como pareja, aun así consientes de una gran degradación personal. Creo que no todos estamos ajenos a este tipo de acciones, ya que en pequeñas formas puede existir una violencia interiorizada, lo mas importante es como podemos ir transformando esos comportamientos con el fin de mejorar para la otra persona.   

 

Les cuento un poco de mi vida amorosa, he tenido dos relaciones de pareja una de un poco mas de cuatro años y la segunda de nueve meses. Recordando ambos acontecimientos, puedo decir que ninguna subsigue a la otra, mas bien cada una tuvo características que las hacen únicas experiencias, y sobre todo un único amor en distintas sintonías. Pero ahora me ven y soy un soltero que les escribe esta columna de opinión lleno de muchas cuestionantes, siendo la primera: ¿Por que la vida me quiere soltero, si tengo tantas ganas de amar y ser amado? Durante mi tiempo de soltería he encontrado personas maravillosas, con quienes sin duda quisiera una relación de pareja de largo plazo.   

 

Pero como seres humanos no todos buscamos lo que la otra persona pretende encontrar. Con esto quisiera partir con contarles que no soy de las personas que anda de una persona a otra, buscando algo que se me haya perdido. Ni tampoco me doy la oportunidad de conocer a las personas, siendo una acción egoísta de mi parte, o más bien una forma de proteger el corazón para no ilusionarme.   

 

Este fin de semana le escribía a una persona: “¿Cual es la receta?” haciendo alusión a una relación de pareja que ha construido, manifestando sus expresiones de amor en sus redes sociales y a quienes he visto en la mayoría de actividades culturales que se realizan en la Ciudad de Guatemala.   

 

Siendo honesto, es de forma envidiable no poderles ver y sobre todo ver que hacen una excelente pareja. Durante el tiempo que tengo de verles desde la lejanía, debo de resaltar una característica particular: Ellos siempre están juntos.    Seguramente no he de ser el único que ha pensar: “Quiero algo así”, construir una relación de pareja en donde se trabaja, se estudia, se convive y se vive en pareja. Siendo el Amor, la única cosa en el universo que esta constituida por un sentimiento puro y de calidad humana. Sin duda este sentimiento no tiene recetas, ni estrategias. Tan solo son formas que dos seres encuentran para expresar el amor, a como lo comprenden y lo entienden, sobre todo como ambos encuentran el equilibrio de convivencia para que la relación se base en valores.   

“Ser humildes y sinceros” esa fue la respuesta a mi pregunta de la receta.    

¿Cuál es tu receta?  

En silencio observo
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