martes. 23.04.2024

Javier Salvador, @jsalvadortp

El PP  de Almería prepara la inminente salida de Gabriel Amat. Las imputaciones o citaciones como investigado en las dos causas abiertas en el último año, la referente a los contratos dados a sus familiares y que provocó la denuncia de la propia fiscalía, y la derivada de la descomunal red de empresas de familiares que pudieron ser beneficiados y que ha sacado a la luz el informe de la unidad de Crimen Organizado, cierran un cerco que llevarán al presidente del partido, alcalde de Roquetas y presidente de la Diputación ante el juez más pronto que tarde. La primera ficha movida en el tablero de la reestructuración de los populares en Almería es Eloísa Cabrera, que deja su acta en el Congreso de los Diputados para acceder a la alcaldía en sustitución de Amat, un movimiento que al mismo tiempo anuncia tácitamente un evidente pacto con la formación de Albert Rivera, Ciudadanos, para evitar la moción de censura en el ayuntamiento del poniente almeriense.

Pero la salida de Cabrera del Congreso, renunciando a su aforamiento, la deja en una situación que cuando menos se presenta complicada. Durante años ha sido la mano derecha de Gabriel Amat, la alcaldesa de facto mientras éste repartía su tiempo  con la retahíla de cargos que ostenta tanto en lo público como en lo privado. Si cae el anciano dirigente (72 años) nadie duda que el Ayuntamiento de Roquetas se verá obligado a levantar alfombras, y se hace muy difícil entender que la número dos de un organigrama no tenga constancia alguna de las actividades que hace el número uno. Aún sin implicaciones que pudieran derivar en causas judiciales, Cabrera tendrá que dar muchas y convincentes explicaciones para que ni tan siquiera se sienta presionada para aceptar responsabilidades políticas.

La salida de Amat también implicará su renuncia a la presidencia de la Diputación y del partido en Almería. Su número dos en ambos frentes es Javier Aureliano García, y da por hecho que nadie le presentará oposición alguna para hacerse cargo de la institución provincial, si bien la presidencia del partido es algo muy distinto y en lo que no hay acuerdo. Las guerras internas son cada vez más duras y los dossiers sobre unos y otros corren de mano en mano a la caza de cualquier periodista que se preste a publicar.

En el PP de Sevilla ahora sí son conscientes de la guerra abierta de Aureliano con los medios de comunicación a los que no ha conseguido controlar con el presupuesto publicitario de la Diputación Provincial, y pese a tener el apoyo de Juan José Matarí para mantener el status quo igual que si Amat aún estuviese al frente, tiene sobre sus espaldas el mismo problema que Eloísa Cabrera, en el sentido de que no es demasiado creíble que estando tan cerca de Amat durante tantos años no aceptase las prácticas de éste que, finalmente, le han llevado a ser el protagonista de complejas causas que investiga la justicia.

Lo que sí queda claro en todos los movimientos que se visualizan es que una vez Amat salga por la puerta, y por mucho que crea que aún mantendrá el poder, todos le darán la espalda después de los consabidos días de grandes alabanzas, dobles páginas de periódico y ríos de lágrimas de cocodrilo, porque el camino hacia los juzgados lo hará sólo o, como mucho, acompañado de esos familiares y amigos suyos que también aparecen en los papeles del oscuro affair roquetero.

El PP prepara la salida de Amat
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