viernes. 19.04.2024

Javier A. Salvador, teleprensa.com

Para que todos nos situemos. En Almería, ciudad en la que el Presidente del PP está imputado por un delito urbanístico y no dimite, como tampoco lo ha hace el concejal de urbanismo de la capital, también del PP e igual de imputado, han hecho un parque nuevo. Ocupa más o menos la cuarta parte de un solar, unos 40.000 metros, y el equipo de gobierno (PP) se ha gastado más de cinco millones de euros en poner unos columpios muy bonitos, preciosos, pero al fin y al cabo cacharritos de parque infantil. Recuerden, que son más de 5 millones de euros, casi 1000 millones de las antiguas pesetas que todavía los hay que necesitamos hacer el cálculo en la antigua moneda para no perder el norte y ser más o menos conscientes de las cantidades de dinero de las que hablamos.

Almería es una ciudad en la que si hubiese más paro en los barrios obreros no andaban ni las agujas de los relojes digitales, imagino que me entienden. Pero aún así, esa nueva especie de político que no conseguía nada en el territorio comanche del mundillo laboral, pero que en cuanto pilla el acta de concejal se convierte en megapijo, tiene los santos cojones de gastarse más de cinco millones de euros en un parque megaguay, mientas que los voluntarios de bancos de alimentos no son capaces de atender la demanda de familias literalmente desesperadas. Aunque claro, será que Cáritas y tantos otros mienten como bellacos y lo único que quieren es fastidiar la recuperación bestial que debemos estar viviendo y los periodistas no queremos aceptar.

Pero la historia no termina ahí, sencillamente es aquí donde empieza, porque esta panda de neopolipijos serán totalmente imbéciles, pero tontos no son, y le han contado a los ciudadanos de Almería el cuento del traje nuevo del emperador, aquel de H. Christian Andersen, haciéndoles creer a los vecinos que les han hecho el regalo más maravilloso del mundo y tonto el que no lo vea. Manda huevos que el otro día escuchaba a un imbécil con cargo de concejal decir que “además, que quede claro que es gratis” ¿Pero cuándo se ha cobrado por entrar a un parque público? Hay días que creo que intentan convencer a los almerienses de que no es un parque cualquiera con más millones de lo normal encima, sino un parque de atracciones o algo por el estilo.

Y claro, un parque así ha necesitado de tres días de inauguraciones, que eso parecía ya una boda gitana y ahora, además, hablan de que están pensando en ponerles pulseritas a los niños que acudan al lugar por si se pierden, y que van a instalar aseos temporales mientras se construyen los dos bares que irán en el recinto. Ni que decir tiene que es el único parque con pareja de Policía Local y basureros de sobra. Y no lo olviden: 40.000 metros y más de 5 millones de euros.

Mientras esto ocurre en una zona de expansión de la ciudad, donde obviamente hay más metros cuadrados verdes que en ninguna otra, los niños del centenario parque Nicolás Salmerón saben que si tienen ganas de hacer un pis, no les queda otra que arrimarse a un árbol y que si le dan demasiado fuerte a la pelota ésta se va a la vía parque, antigua N-340 y una de las principales carreteras de acceso a la ciudad. No hay vallas ni redes.

En Pescadería, los Molinos, Puche, Quemadero, Los Ángeles o cualquier otro barrio, supongo que estarán absolutamente anonadados de ver cómo nadie se atreve a criticar el mayor ejemplo de vanidad política y desigualdad que jamás se ha dado en una ciudad, aunque imagino que llegará un momento en el que alguien pondrá las cartas sobre la mesa, hará las cuentas de lo que ha costado cada columpio y reflexionarán sobre la idoneidad del momento, porque podrán decir que es el mejor y más caro parque del mundo, hecho de materiales que sólo los emperadores son capaces de apreciar, pero al fin y al cabo alguien gritará un día eso de ¡si sólo es un parque! 

Ahora bien, esto en Burgos no pasa, antes hacen una barbacoa de concejales en pleno paseo de Gamonal donde, por cierto, han parado la restauración de la plaza de toros, presupuestada en 5,6 millones de euros, para que dediquen ese dinero a eliminar desigualdades y no a crearlas.

(*) Javier Salvador es periodista, cofundador de teleprensa.com, especializado en consultoría de comunicación

El parque del emperador de Almería
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