viernes. 29.03.2024

Diego G.G. ha sido declarado de un doble asesinato

TELEPRENSA.- Culpable de cometer un doble asesinato y un delito de malos tratos. El jurado popular que desde la semana pasada ha juzgado a Diego G.G. por matar a tiros en 2015 a su mujer, Francisca H.H. y al jefe de ésta, Manuel T.B., al creer que ambos mantenían una relación, únicamente considera que no se puede probar que se produjese el segundo delito de maltrato por el que era acusado por la Fiscalía de Almería.

Tras una semana de juicio en la Sección Segunda de la Audiencia de Almería, el jurado ha leído este martes su veredicto, dictado por unanimidad en todos sus términos en que se recoge que el Jueves Santo de 2015 el procesado mantuvo una "fuerte discusión" con Francisca y le propinó un golpe en la cara, que no le provocó lesiones, tal golpear previamente un cuadro de luces.

Sin embargo, sostienen que la declaración de uno de los hijos del acusado no es suficiente para acreditar que el 1 de mayo de dicho año el hombre tumbase "contra su voluntad" en la cama a Francisca y allí la agarrase con fuerza de un brazo hasta que llegó al dormitorio dicho testigo porque no presenció los hechos previos.

Independientemente de esto, Diego G.G. dio muerte "de forma intencionada a Francisca aprovechando que no podía defenderse" tras producirse "desavenencias conyugales en el matrimonio". El jurado relata cómo el 3 de mayo de 2015 el hombre cogió su furgoneta y se dirigió con dos escopetas de su armero al paraje Barranco de los Lobos de Sorbas, un "lugar aislado sin viviendas alrededor" donde sabía que estaría la mujer porque iba allí a cuidar de su madre con Alzheimer y a un hermano discapacitado.

La encontró en un almacén y allí efectuó de forma "sorpresiva" dos disparos contra ella, uno en el hombro que le "causó la muerte" y a otro a "bocajarro" en el oído cuando la mujer se encontraba en el suelo, tras lo que cerró con llave la puerta del almacén y se fue a buscar a Manuel T.B. en el semillero en el que éste trabajaba en Níjar.

Subraya el jurado que Francisca "no tuvo posibilidad de defenderse" al encontrarse sola dentro de dicho almacén, con su familia en la vivienda contigua.

Una vez en el semillero, un lugar donde la víctima "no tenía oportunidad de escapar" o lugar donde esconderse o defenderse", Diego G.G. se encontró con el hijo del jefe de su mujer y mantuvo con él una "conversación tranquila sin nerviosismo por su propósito".

Acto seguido fue en busca de Manuel y disparó contra él en dos ocasiones. Un trabajador relató durante la vista oral que antes de escuchar las detonaciones no hubo "indicios de discusión" sino únicamente "dos disparos fríos en la soledad" y el ruido de la furgoneta de Diego G.G. cuando se fue el lugar. Añadió que el acusado  había merodeado por el lugar días antes de los hechos.

"Aunque el primer disparo fue mortal, quiso rematar a la víctima con un disparo en la cabeza a muy corta distancia, estallándole la cabeza y desprendiéndose un trozo de hueso que fue encontrado a muchos metros del cadáver", añaden los miembros del jurado.

En ambas muertes el jurado considera que aunque Diego G.G. se entregó en el cuartel de Níjar y confesó las muertes, no concurre la eximente de colaboración pues no facilitó datos suficientes. Apostillan a esto que en el caso de las muertes el hombre no actuó bajo una "celopatía" ni tenía alterados su entendimiento y voluntad, como había sostenido su defensa.

Tras esto, el fiscal ha modificado su petición de penas y ha solicitado que a Diego G.G. le sean impuestos 19 años de prisión por el delito de Francisca Herrera, en el que concurre la agravante de parentesco, otros 19 años por el asesinato de Manuel T.B., al apreciar el jurado que el acusado aprovechó el "lugar y la circunstancia" para matarlo y diez meses más de cárcel por el de maltrato.

El jurado declara culpable de dos delitos de asesinato y uno de maltrato al hombre que...