miércoles. 24.04.2024

Momento de la cesión

OLULA DEL RÍO.- Nuevamente gracias a la generosidad de coleccionistas y amigos, el Museo Casa Ibáñez, espacio museístico de referencia en Almería y, desde fechas recientes, visita obligada para el conocimiento de las artes plásticas almeriense, ha visto como sus fondos se incrementan y enriquecen con la incorporación de dos importantes obras firmadas por Ginés Parra (Zurgena, 1896 – París, 1960): Paisaje (1944) y Bodegón de plátanos (1951). Sendos óleos sobre lienzo expuestos con anterioridad en las dos grandes muestras que al artista zurgenero se han dedicado en nuestra provincia: la celebrada en el Centro de Arte Museo de Almería entre diciembre de 2006 y enero de 2007, y la que tendría lugar en el propio Museo Casa Ibáñez en julio de 2010.

Dos obras, en las que el pintor de la “Escuela de París” y amigo de Pablo Picasso muestra ya una madurez plena reflejada en ese estilo tan personal, a medio camino entre la Vanguardia y lo primitivo, que caracterizó su obra, que han recalado en el centro almanzorí gracias a la cesión desinteresada de las mismas por parte de don José Manuel Marín; coleccionista almeriense cuya colaboración con la pinacoteca olulense ha sido continua desde sus inicios.

Estas dos piezas, firmadas y fechadas por el artista, se han sumado a la importante colección de obras de Parra con las que ya contaba el Museo Casa Ibáñez, con el objetivo de dar forma y contenido al “Espacio Ginés Parra”. Un espacio en el que, por vez primera en la historia museística almeriense, se expondrá de forma permanente una pequeña muestra representativa del buen hacer del artista zurgenero y miembro destacado de la “Escuela de París”.

Un espacio, individualizado dentro del área dedicada al arte almeriense entre 1925 y 2010, en el que, junto al Paisaje y el Bodegón de plátanos cedidos por Marín, se exhibirían las obras Bodegón con mandolina (hacia 1925, óleo sobre papel), Cabeza (1944, óleo sobre tabla), Busto de mujer (1945-50, gouache y sanguina sobre papel), Desnudo de mujer (hacia 1950, tinta y acuarela sobre papel) y el Retrato femenino (hacia 1930, óleo sobre arpillera) recientemente adquirido por la institución e incorporado a la colección permanente del Museo.

Un total de siete obras que permitirá al visitante conocer la producción de Parra desde sus inicios parisinos, momento en el que el almeriense se muestra permeable a la influencia de algunos de los principales artistas de las Vanguardias del momento –como Matisse, Picasso o Modigliani–, hasta su etapa de madurez; instante en el que su obra se caracterizará tanto por el uso de destacadas líneas que delimitan los contornos y formas representadas, como por la energía de su pincelada y la carga matérica aplicada a sus obras.

Ginés Parra. Primitivismo y Vanguardia

De Zurgena a París, el periplo vital de Ginés Parra está plagado de durezas e incógnitas.

Emigrante desde los diez años por África y América, cuando arriba en 1920 a la capital del Sena lleva ya marcadas a fuego sus señas de identidad. Es el primero en llegar de una larga lista de artistas españoles que más tarde será conocida como “Escuela de París”, en la que también se encuadrarían artistas como Joaquín Peinado, Bores, Cossío, De la Serna, Pere Pruna, Clavé…; una “Escuela” dentro de la cual su personalidad emerge única e inconfundible.

Amigo de Picasso desde 1928, su obra recoge todo el aliento primitivista de las vanguardias históricas, desde el Cubismo, Fauvismo y Expresionismo, hasta una cierta deuda con lo ibérico, precolombino, africano e indígena, y un carácter propio que debe a sus orígenes en el Almanzora.

Paisaje, bodegón y figura, tratados con una materia abrupta y un color zonificado, con gruesos perfilados en negro, conforman su mundo y estética personales.

El coleccionista almeriense José Manuel Marín cede dos obras de Ginés Parra al Museo...
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