miércoles. 24.04.2024

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ALMERÍA.- Cada vez son más las oportunidades fugadas para hacerse fuerte en la tercera temporada en División de Honor B, habiéndose escapado una última que se le antojaba a todos los asistentes al Emilio Campra como idónea para romper la racha negativa. Tampoco pudo ser a la octava, jugando contra uno y hasta dos menos, e incluso tras haber sido capaces de darle la vuelta al marcador ‘semi-regalado’ de la primera parte. Sigue dando muchas facilidades a sus rivales un URA al que le cuesta ensayar, pero sobre todo al que le cuesta defender, que se marchó al descanso con un 3-18 demasiado sencillo para Cisneros Z. Nada más volver, se fue una máquina y se volteó el marcador (21-18), pero de un modo incomprensible se tiró todo el trabajo por tierra en el momento clave.

No supieron ‘matar’ los cruzados a su adversario cuando lo tenían totalmente arrinconado. De hecho, le dieron vida y floreció la calidad del juego a mano en continuidad de los madrileños, que volvieron a adelantarse. Con 21-23, golpe de castigo que en lugar de elegirse a palos se jugó a touch, y punto de inflexión en el choque con caída paulatina de los almerienses. Rafa Alastrue, que tenía el punto de mira bien dirigido, podría haber puesto un 24-23 que jamás llegó porque no fue la opción elegida. Pesó más la ansiedad, la cabeza, que todos los minutos de juego, y pese a que una vez más se dio todo lo que se tenía, la recompensa siguió sin llegar. El marcador final fue hasta cruel con un plantel al que le hace falta una alegría, y que ni siquiera pudo rescatar un bonus.

El partido comenzó con tensión y concentración, pero siguiendo el guión ya tan sabido de merodear el ensayo a favor y encajarlo en contra. Error defensivo, cortinas no bien cerradas, fuga en 22 contraria y 0-5 a los dos minutos y medio de un partido vital. No importó, porque además así debía ser, y se jugó con la misma idea que se tenía preconcebida. Se rozó el ensayo, que quedó a unos pocos centímetros, y Rafa Alastrue recortó con una patada a palos devuelta a los pocos minutos por Cisneros Z, que también lo tenía muy claro. De hecho, es un equipo especialista en puntos bonus, y no le hace ascos a sumar de la manera que sea. A los 21 minutos hubo roja para Maxime Cauche por actitud contra el árbitro, llorando en el banquillo tras la decisión de José Bogas. 

Con dos puntos abajo y tres cuartos de partido por delante en una posible superioridad numérica si no había amarillas ni rojas, Unión Rugby Almería rozó otra vez el ensayo tras enganchar varias fases a cinco metros, pero un error en un pase obró que Cisneros corriera todo el campo e hiciera su segundo try, de igual modo, regalado. El 3-15 sí dolió más, y no solo no se pudo recortar, sino que se vio ampliado hasta el 3-18 con otra patada a palos acertada por Jorge Calvo. En el último suspiro de la primera parte se presionó y hubo hasta cuatro melés a cinco metros contraria, sin ser capaces de depositar en ninguna de las aperturas de balón ni en pick and go el balón. Se detenía el partido con dos ensayos de zaguero encajados y mucho por hacer en la segunda mitad.

 

A la vuelta la reacción fue inmediata, y de hecho en diez minutos se pusieron los de Ken Wills por delante con dos ensayos, uno de ellos transformado, y dos patadas de castigo entre palos de Rafa Alastrue. En el minuto 50 el marcador era de 21-18 y quedaba media hora para pensar en una victoria completa de cinco puntos con bonus ofensivo, pero otra vez llegó ensayo de zaguero acto seguido, con Francisco Soriano como ‘ejecutor’ del equipo almeriense, que sí pudo ponerse otra vez por delante si la decisión en el anteriormente referido golpe de castigo hubiese sido a palos y Alastrue hubiese seguido tan acertado como había demostrado hasta el momento. Los dos ensayos de Unión Rugby Almería fueron obra de Emilio Arias y de Manolo Ortiz, ambos por ala izquierda.

Parecía imposible perder el encuentro ante un rival muy castigado físicamente, pero la peor pesadilla se produjo con ensayos encajados por los problemas en defensa en los minutos 71 y 76. Parecía que el que iba por detrás era el cuadro madrileño, cuando mandaba otra vez después de haber superado un momento sumamente delicado. El primero tenía una patada sencilla para transformación, pero Jules salió veloz y tapó el lanzamiento dejando con vida a un URA que la despreció después. Tampoco se tuvo aliento para buscar otro ensayo más que diera al menos un punto bonus defensivo, con el que se sellaba dejar atrás a la última plaza de la clasificación. No fue posible y Complutense Cisneros Z dio rienda suelta a una gran celebración posterior entre el abatimiento local.

El círculo vicioso de URA no acaba de cerrarse
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