Javier A. Salvador, teleprensa.com
Un íntimo amigo de la comarca del mármol me decía en mis comienzos que había que estar viajado, conocer mundo, para tener una visión real no ya de aquello a lo que podías aspirar, sino de aquello que te estabas perdiendo. Estos días he recordado aquella conversación cuando le daba una vuelta en la cabeza al asunto del carril bici, porque tiene mucho de eso, de no tener una percepción real de lo que supone esa infraestructura que muchos han comenzado a interpretar como una línea roja en la convivencia ciudadana.
Verán, hace unos años cuando abrieron Mcdonals en Almería hubo alguno que llegó a escribir que en la Almería de las tapas la marca americana encontraría la horma de su zapato. Unos años después un joven cocinero abrió en la calle Alfonso Torres un bar de pintxos y los almerienses de pro le auguraban un cierre seguro en no más de tres meses “en la Almería de las tapas gratis no tiene cabida pagar por una aunque sea de diseño” y mira por donde triunfó como en sus tiempos lo hizo el Avecrem.
Si vas a cualquier parte del mundo ves que la bici es un vehículo que se impone porque es barato, cómodo y saludable. Aporta más beneficios de los que podamos imaginar pero que terminaremos viendo y rápido, más aún en una ciudad donde el transporte público es prácticamente tercermundista, porque suple una carencia de movilidad importante.
Les voy a poner unos ejemplos claros. Desde el auditorio Maestro Padilla a la universidad se tardan 17 minutos en bici si vas paseando, para no sudar. Si sales en bici desde la Plaza del Ayuntamiento al mismo tiempo que otro lo hace desde el aparcamiento de la calle Real y ambos os dirigís al chiringuito de Pepe, al final del Paseo Marítimo, tarda menos el de la bici sin necesidad de apretar. Si vas en bici te aconsejo que apuestes por el que llegue el último paga las rondas.
Ahora bien, de qué van las quejas. Por una parte están los que han perdido el aparcamiento más cómodo justo en la puerta de su casa. Pues lo siento, y los coches donde mejor están es en la cochera y si no tienes, el único problema que te genera el carril bici es que tendrás que andar un poco más. Los hay que se quejan de que sus cocheras han sido bloqueadas, pero me aseguran que ninguna que tenga el vado en regla. No todo es cochera. Pero la mejor de todas es que se limitan las posibilidades de dejar el coche en doble fila con los intermitentes de emergencia, a esos sencillamente les doy un mensaje claro y rotundo ¡te jodes! Y este invierno a los niños los llevas en bici al cole o andando, porque las peloteras que se montan en Almería cuando mamás y papás aparcan hasta en triple fila para acompañar al nene hasta la puerta y marujear unos minutilllos es para llorar.
Seamos sensatos, en una Almería en la que no llueve ni danzando como indios para convocar a los espíritus de las nubes grises, la bici puede ser nuestra mejor seña de identidad. Hemos dejado pasar demasiados trenes y ya es hora de que cojamos uno en el que aprovechando nuestras condiciones naturales no seamos el vagón de cola, sino el de cabeza de convoy.
El carril bici es una necesidad y aún con la chapuza que están haciendo en algunas partes es positivo, porque ya habrá tiempo de mejorarlo cuando tengamos políticos más inteligentes.
La negativa de algunos colectivos almerienses es, sencillamente, un poquito cateta de más. Hay buenos amigos míos que son enormes detractores hoy del carril bici, pero tengo claro que no tardarán mucho en tirar de ella para ir al trabajo en cuanto prueben lo que es poder cruzar la ciudad sobre dos ruedas y sin hacer salto de bordillo.
Dicho esto, tengamos claro que es imparable y que en vez de encerrarnos en el no es más efectivo entrar en internet y visitar cualquier ciudad por medio de sus webscam. Verán que conforme más bicis y menos coches se ven mejor calidad de vida parece que se respira y les aseguro, por experiencia, que se respira pero que muchísimo mejor.
No se quejen tanto y pidan más aparcabicis en los supermercados, en la puerta de los colegios y compren una bici en vez del bonobús. Además, si van a peatonalizar el centro de la ciudad de Almería, o está muy bien conectada con carril bici o no visita el casco histórico ni El Tato.
