sábado. 20.04.2024

Bye, bye my darling Spain... Bye

Pedro Ignacio Altamirano

Adiós, adiós mi querida España... Adiós. Ya no te aguanto más. Me enamoré de ti desde el mismo día que abrí los ojos al nacer en esta Ciudad del Paraíso, que de ese modo bautizara el sevillano Vicente Aleixandre a mi Málaga. Luche por mi amor por ti, a pesar de no entender como me quitabas poco a poco, ante mis ojos, mi herencia, la de mis hijos, la de mis nietos, mi pasado, mi presente y mi futuro. A pesar de que me robabas mi cultura, mi identidad, mi alma, mi sangre... te ame. Pero hasta aquí. Ya hace tiempo que deje de amarte al comprender que, quién no amaba a quién, eras tú a mí, a los míos. Adiós, adiós España... Adiós.

Nunca respetaste que Málaga, Andalucía, fuera una de las naciones que compartía camino y destino contigo. El miedo a perder tu autoridad, hizo que, en vez de dar alas a mi orgullo, a mi posibilidades económicas, culturales y sociales, me las cortaras cada vez que intentara levantar el vuelo ante tus ojos. Que cada vez que me sintiera andaluz y español, me secuestras lo andaluz y me impusieras lo español. Que te llevaras mis industrias, me expropiaras mis tierras para regalarlas de forma gratuita, a esos terratenientes de sangre fría que nos invadían desde tu corazón aún más helado que la de ellos. Es por todo ello que ya, sin dolor alguno en mi corazón, y sin miedo en mis venas, te digo adiós España, adiós, adiós. Que te vaya bonito.

Ahora mis ojos miran a mis hermanos de otras naciones de iberia con la que compartimos una tragedia digna de la Casa de Bernarda Alba de nuestro inmortal Federico García Lorca. Cansados ya de tener una vida oscura, en habitaciones más oscuras sin vistas ni ser vistos. Sin hablar ni conocer a nadie, sin salir a la calle, sin comer, sin vivir sin permiso de Bernarda. Basta. Los pueblos que convivimos en Iberia hemos abierto un buen agujero en el muro del silencio. Comenzamos a ver la luz de día. Lo mejor... que nos ha gustado el olor y el color de la libertad del otro lado del muro. La decisión está tomada. No hay marcha atrás. Las naciones de Iberia hemos roto con el presente y caminamos hacia el futuro que queremos.

Ahora, los de la España, una, grande y libre, nos dicen que queremos romperla, que queremos destruirla, que le damos la espaldas. Que vamos a levanta altos muros, que se van a construir fronteras que tendremos que pasar con pasaportes, con monedas distintas y un montón de mentiras mal intencionadas más. Ahora nos arrojan a la cara que huyamos de ella. Pero nada hizo para evitarlo cuando pudo. Ahora es tarde. Siguen estando equivocados y lejanos a una realidad que ya los supera. España no se romperá, se transformará, volverá a ser lo que siempre fue, un territorio en la que existen naciones libre e independientes. Cuando mandamos España a paseo, no mandamos a todos/as lo que nacimos en ella, sino a lo que significa para nosotros, no odiamos la palabra sino lo que ha supuesto, cuando queremos cambiar el Estado es eso, cambiarlo.

No se levantarán fronteras, derribaremos las psicológicas que nos han impuesto. No levantaremos muros, derribaremos los que nos separan. No crearemos monedas, haremos más fuerte la común. No nos separaremos unos de otros, seremos más solidarios y efectivos. No destruiremos el futuro, enterraremos este presente y un pasado lleno de pobreza e injusticia. En este esfuerzo gigante de transformación política, territorial, económica y social, los andaluces estaremos al frente, junto a los demás, de igual a igual compartiendo esfuerzos, esperanzas y futuro.

Lo primero la independencia de Andalucía, la República de Andalucía. La independencia de las Naciones de Iberia, la proclamación de nuestras repúblicas. Desde nuestras independencia nacerá nuestra nueva realidad confederal entre aquellas naciones que así lo decidan desde su plena libertad. Una realidad confederal que nos debe volver a enamorar a todos por igual por útil y eficacia en común. Una confederación de pueblos de Iberia, incluido Portugal si así lo deciden los hermanos portugueses, unidos desde el respeto mutuo a nuestra independencia y en los intereses que nos son comunes.

Esta es la nueva realidad que hoy me ha vuelto a enamorar de mi Málaga, de mi Andalucía, de ni Nación Andaluza, y a través de la misma, coger la mano de quienes quieran coger las mías y caminar juntos hacia un futuro mejor. Una nueva realidad que del mismo modo que ha hecho conmigo, estoy seguro que lo hará con todos los andaluces y andaluzas, con todos los que vivimos en Iberia.

Bye, bye my darling Spain... Bye
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