miércoles. 24.04.2024

Brillar bajo la lluvia

Ana Mancheño, teleprensa.com Sevilla

Por qué algunas personas fruncen el ceño aunque luzca el sol y en cambio otras consiguen brillar bajo la lluvia? Será porque a veces tenemos un falso sentido de la vida y de las cosas.

El ser humano se deja llevar constantemente por lamentaciones, se hunde, llegando incluso, en algunos momentos a caer en el abismo. Con lo cual conseguimos atraer más miserias. No podemos cambiar los acontecimientos. Pero sí debemos dejar un resquicio para los recuerdos, para las cosas que suceden en la vida que te hacen ser como eres. Muchas veces oímos decir que el presente es la consecuencia de nuestro pasado y el futuro está en cómo hayamos gestionado éste.

Pero nadie tiene una varita mágica para saber en qué momentos actuamos bien haciendo una u otra cosa. En ocasiones nos hacemos daño a nosotros mismos, porque no nos podemos persuadir de una cosa y de su contraria, al igual que argumentaban los sofistas allá en la época griega. Es decir argumentar a nosotros mismo algo que parece válido pero no lo es. Y que los demás, por ignorancia o intencionadamente,  sí pueden creer. Pero tú, sabes bien interiormente que no es así. Porque en nuestro interior somos conscientes de esa realidad muchas veces distorsionada  que queremos ver o nos interesa ver.  En unas ocasiones para acallar nuestra conciencia y en otras para seguir adelante.

Más que con la inteligencia, a veces pensamos con el corazón. Lo observamos todo con el corazón. Defiendes con toda la inteligencia todo cuánto desea tu corazón.  En el recorrido por la vida  lo más  inteligente no es llegar sino lo que podemos aprender en el camino. Y este aprendizaje con inteligencia, convertirlo en el motor que mueva tu vida. Y no sea ésta-la vida- la que te haga mover para dónde no quieres  llegar.

Desafortunadamente no siempre se tienen fuerzas para continuar. Porque entre la inteligencia y la razón media el corazón. Y éste con la razón no suele llevarse muy bien. Creo que por cada angustia, por cada sufrimiento  y cada lágrima existe un dulce consuelo. Y el ser humano  debería saber, en algún  momento,  aceptar cada una de ellas. En este loco mundo pocas cosas son eternas  ya que la vida no lo es. Por lo tanto nosotros tampoco. Entonces ¿Por qué hacer del sufrimiento algo perpetuo que tengamos que llevar como una pesada carga que nos autoimponemos? Es mejor mojarnos y brillar cuando llueve que intentar tapar los ojos cuando luce el sol para no quemarnos. Pues en ese espacio te podrías perder en la memoria. Y cuando quieras volver a mirar, estar desorientado y no encontrar la salida.

Brillar bajo la lluvia
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