jueves. 25.04.2024

Javier A. Salvador, teleprensa consultores

Mala, pero que muy mala suerte ha tenido Gabriel Amat con la fecha en la que ha sido imputado, porque en apenas dos días han caído unos cuantos antiguos compañeros suyos de partido, pero quizás lo que más daño le va hacer, y eso es un error de comunicación garrafal, es haber utilizado la táctica de yo soy jefe, casi analfabeto, y no me entero de lo que los técnicos me ponen delante para que firme. Sobre todo porque esa táctica ha sido utilizada por  Blesa y Rodrigo Rato en el caso Bankia durante estos días y, sencillamente, han acabado con la credibilidad de la estrategia. Amat lleva tantos años como alcalde que por mucho que se quiera escaquear no lo va a conseguir. Ya no.


Y sobre todo debe entender una cosa cuando mire cara a cara a la jueza María del Mar Alejo Rico, y es que hay gente que parece que, y bendita sea, no tiene deudas de parentesco ni cosas por el estilo que le obliguen a aflojar la cuerda, porque que nadie olvide una cosa, que han pasado siete años desde que se cometió el presunto delito hasta el momento en el que se ha conseguido imputar al ahora presidente del PP de Almería. Para que lo entiendan, que hasta se ha tenido que abrir una investigación para averiguar el porqué de tanto retraso con las causas en las que está implicado Amat y, aviso, son unas cuantas.


Por otro lado, tampoco ha tenido tanta mala suerte el imputado presidente del Partido Popular de Almería, presidente de la Diputación, alcalde de Roquetas y romántico hermano mayor Javier Arenas, secretario general del PP cuando ocurrían esas cosas del caso Gürtel y de las que él no se enteró. Y el caso es que la providencia de la jueza que imputa a Amat, a seis de sus concejales y a dos de sus técnicos fue firmada el jueves 16 de octubre, vamos que le han hecho un favor no haciendo pública la imputación el viernes 17, con Mariano Rajoy en Almería. Pero igual sí que se sabía e igual por ello ni hubo anucios de grandes obras ni nada por el estilo. De hecho el PP de Almería, que preside el propio Amat no lo olvidemos, ha mandado su nota de prensa exculpando a éste y echando tierra sobre los funcionarios casi antes de que se se conociese la propia providencia. Es decir, que ya tenía claro que iba a caerse con todo su equipo.


Pues bien, Amat ha sido imputado y ahora, si Juan Manuel Moreno, presidente del PP de Andalucía quiere algo de credibilidad, debe hablar con Amat y pedirle que se dé un respiro y, de paso, que también se lo de al propio partido.


Moreno tiene gente de sobra que él mismo conoce en Almería, ajena a los trapicheos del sector Amat o la gran familia del alcalde de la ciudad como para poder formar un equipo que sepa que va a estar al margen de cualquier imputación por casos oscuros. Es cierto que no le sirven ni los primeros ni los segundos niveles de este momento, pero en la propia competencia puede ver lo refrescante y efectivo que suele ser sacarse de la manga caras totalmente nuevas.


Amat debe irse. Quizás el orgullo le impida dar el paso, pero este asunto es sólo la primera piedra de una montaña que se le viene encima. El hecho de haber hecho más daño a un mayor número de personas que a ese otro reducido grupo a los que ha beneficiado juega en su contra, y si quiere retirarse en Roquetas y que no le vean a él y a los suyos como raza aparte, como una especie de shudrás con dinero, es mejor que se marche, porque si no es así van a empezar a ligar su riqueza con sus años de política. Porque todo, al final todo sale y no hacen falta muchos juicios en los juzgados para que el juicio popular también dicte sentencia.

Amat imputado, adiós Amat
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