Quique durante la ejecución de su espectacular gol en el Juegos del Mediterráneo
ALMERÍA.- El Almería, con su triunfo por 2-0 frente al Mirandés, ha dado un paso casi definitivo para alcanzar la permanencia en la Liga 1|2|3. Habrá que esperar a que acabe esta antepenúltima jornada para saber cómo queda la clasificación. Los rojiblancos tenían que ganar, y lo hicieron, no sin mucho sufrimiento por la presión, el sofocante calor, el rival… pero vencieron, que era lo verdaderamente importante. Quique fue el autor de dos goles, el primero realmente espectacular.
Luis Miguel Ramis siguió apostado por su once tipo y Joaquín volvió a ejercer de “comodín” para situarse en el centro de la defensa junto a Morcillo, debido a la baja de Ximo Navarro. Borja regresaba tras cumplir sanción para hacer el doble pivote con Ramón Azeez.
El Almería quiso mandar desde el principio, tener el balón y controlar la situación, con mucha verticalidad. Lo intentó, pero las cosas no salieron como pretendía. Había mucha presión por lo que se jugaba, fuerte viento, calor sofocante, un rival que murió intentando matar –con su derrota desciende a Segunda B-. En cualquier caso el conjunto almeriense dio mucha sensación de peligro, pero sin ocasiones realmente claras por las imprecisiones.
Los rojiblancos querían, pero no podían… del todo, hasta que en el minuto 29 Quique lograba un golazo, el 1-0, que fue espectacular. Borja puso un balón al segundo palo donde Antonio Puertas la tocó para ponerla en el centro del área; el meta rechazó y el vallisoletano, de acrobática chilena mandaba la pelota al fondo de las mallas.
El Almería fue de menos a más y tuvo claras ocasiones. En el 36 Fidel robaba en la medular, asistía a Quique, pero éste no acertaba ante el portero del Mirandés. En el 40, una brillante acción de pared de Fidel con Quique, que el onubense erró. Tampoco pudo culminar otra oportunidad en el 44.
El Mirandés hizo un cambio ofensivo de salida en el segundo tiempo, pero el equipo de Luis Miguel Ramis contrarrestó bien a su rival y salió con verticalidad en ataque. Las llegadas de nuestros representantes eran continuas. En el 48 la tuvo Quique y en el 50 Pozo, en jugadas trenzadas.
El Almería salía bien, superaba la presión del Mirandés y se plantaba con facilidad arriba, pero a la hora de la verdad, se mostraba impreciso. Casto tuvo una muy buena intervención en el 52 a tiro de Urko Vera.
Los rojiblancos tenían el control e intentaban jugar con criterio. Cuando lo lograban, con la calidad que tienen, acariciaban el gol; pero si no lo conseguían le daban la opción a un conjunto visitante que no se rendía. Los minutos pasaban y el Almería estaba en el filo de la navaja ante un adversario que en las últimas jornadas le había hecho la “puñeta” en el tramo final de los partidos al Valladolid y al Elche. Esta circunstancia creaba incertidumbre.
Menos mal, que por fin, en el 82, los de Ramis pudieron sentenciar con una contra brillante y letal. Fidel sirvió en profundidad para Nano, éste centro y Quique puso el 2-0, que ya sería definitivo.
