jueves. 25.04.2024

Alexander Slaught

ALMERÍA.- Muy joven y con muchas ganas de confirmar en Europa su alto nivel tras cruzar ‘el charco’ la pasada temporada, ese es Alexander Slaught. Salió de su California natal para cubrir unos 10.000 kilómetros, los que aproximadamente separan Los Ángeles de Ljubljana. Allí se vistió con los colores del ACH Volley, un potente equipo con el que disputó la Champions League para después volver a Estados Unidos, desde donde cruzará su país y otra vez el océano y aterrizará en Almería. Eso sí, una vez aquí, pretende seguir volando: “Me encanta la competencia y también me encanta ganar, así que espero luchar con este equipo por otro título”. Con 23 años recién cumplidos, presenta dos metros exactos de altura y ambición.

Sus primeras valoraciones sobre su fichaje por el club ahorrador las efectúa en un muy correcto español, idioma que estudió en el instituto y que en parte le sale de manera natural por el “50% mexicana” de su madre: “Me siento muy afortunado de tener la oportunidad de jugar para Unicaja Almería, me hace sentir orgulloso pero también ruborizado de que un club con tal historia de éxito me pida que me una a su equipo”. Sabe de lo que habla porque se ha interesado por lo que supone su nueva casa: “Sé que Almería ha sido uno de los mejores equipos de la Superliga española desde hace mucho tiempo, que el club ha tenido éxito en el CEV y que muchos de los grandes jugadores han llevado la camiseta de Almería”.

Precisamente varios de los referentes que puede tener son compatriotas suyos, incluso uno de su misma universidad, Austin Zahn, que llegó a Unicaja cinco años atrás: “Conozco a Austin, pero no muy bien porque tiene unos años más que yo”. De la misma época en el club que el central, es el receptor Jeff Menzel, y antes de ellos se vistieron de verde Riley Salmon, un receptor campeón olímpico en 2008 en Beijing, Matt Fuerbringuer, receptor blanquiverde en 2000 y actual segundo entrenador de la selección USA, o Phil Eapherton, el primero, central: “Sabía que el club ha tenido norteamericanos en el pasado”. Y además internacionales, lo que le encaja a la perfección: “Mi sueño es jugar para el equipo nacional de los EEUU”.

Para conseguirlo sabe que tiene que luchar y esforzarse: “Necesito mejorar mucho para jugar con ese equipo”. Al menos sabe que está en el camino correcto y en el club adecuado: “Espero trabajar duro todos los días para mejorar como jugador y ayudar al equipo de cualquier manera que pueda”. Se trata de una simbiosis en el más puro sentido de la expresión, porque de su buen rendimiento y mejora puede depender que Unicaja Almería gane títulos esta temporada, que es lo que desea: “Espero seguir la tradición de éxitos de Almería”. Insiste en su pensamiento y no va a cejar en el empeño, con las ideas muy claras: “Quiero ir a más como jugador mientras que ayudo a mi equipo en todo lo que me sea posible”.

Ser tan ambicioso, combinado con la autoexigencia, le proporciona vislumbrar un gran futuro, pero no significa que su presente como profesional esté carente de las virtudes que precisa alguien que quiere triunfar en la Superliga: “Yo diría que soy un jugador bien ‘redondeado’ –en el sentido de completo-; crecí jugando al vóley  playa, así que estoy confiado en haber desarrollado todas las habilidades”. Desde ahí, todo lo que viene es perfeccionar después de un detallado autoanálisis: “Yo no soy el más grande, ni el más alto, ni tampoco el más fuerte, pero soy rápido y eficiente en la cancha”. No se deja nada en el vestuario cuando salta a disputar un partido, derrochando “intensidad e inteligencia, procurando decisiones acertadas”.

No solo se ha empapado de la historia del club, sino que también se ha interesado mucho por el lugar en el que va a residir los próximos meses, y está encantado por todo lo que ha leído y visto: “Sé que Almería es una ciudad portuaria situada en la costa de Andalucía, tiene muchas playas bonitas, monumentos históricos y una cultura rica y diversa; he estado leyendo sobre la historia de la ciudad y me ha interesado tanto que espero aprender más”. Sobre la afición de Unicaja, a la que ha visto en los vídeos siendo un jugador más en cada partido, Slaught lanza sus primeras palabras con simpatía y compromiso: “¡No puedo esperar más para conocerlos a todos!; espero poder jugar duro para todos ustedes”.

Nacido el 19 de junio de 1994 en la costa californiana, Alexander Slaught llegó a Europa procedente del USC Trojans de Los Ángeles, equipo que fuera segundo de la potente liga universitaria estadounidense en la 2010-2011 y del que ha sido capitán en 2016. Su primer club del ‘viejo continente’ fue el ACH Volley Ljubljiana la temporada pasada, campeón de liga en Eslovenia y de la MEVZA –competición centroeuropea-, subcampeón de la Copa eslovena y décimo quinto en Champions League. Ya sabe lo que es defender los colores de su país, estando en la órbita de la selección ‘B’ y siendo muy bien valorado por sus buenos fundamentos en todas las facetas del juego, así como por su ‘ética de trabajo y pasión por el vóley”.

A la selección USA se va por Almería para Alex Slaught
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